1-
Cambiando el propósito,
2-
Derribando las murallas de la carne,
3-
Mirando más allá del porvenir,
4-
Vestidos en Cristo.
1- Mucho se ha hablado del propósito para
tu vida, se han centrado los mensajes con énfasis en lo que concierne a la vida
aquí y ahora, buscando éxitos, logros, buscar promesas para nuestras vidas y la
frutilla es la prosperidad, porque el pedir salud es universal para todo aquel
que padece alguna dolencia. La cuestión es que nos hemos enfocado en nosotros
mismos para alcanzar todo lo que un buen cristiano desea.
No reciben, porque piden mal, dice Dios,
yo también agregaría no viven en la realidad espiritual porque en la carne nos
es vedada la bendición adquirida por gracia. ¿DÓNDE están tus prioridades? Vanidad de vanidades dijo el hombre que Dios
dotó de sabiduría, pero sabiendo esto se entrego a pasiones humanas, teniendo
consciencia de Dios en su vida.
"sin ti nada somos en el mundo, sin
ti nada podemos hacer, ni las hojas de los árboles se mueven si no es por tu
poder"
Qué hace que la iglesia se haya distraído
en una manera vana de vivir, ¿es palabra dura? creo que no, porque todo lo que
el mundo busca eso buscamos nosotros, la diferencia es que filtramos todo en el
nombre de Dios.
Han estructurado la iglesia de Dios en un
plano horizontal, donde nos enriquecemos entre nosotros mismos, tomando
conocimiento y aceptando todo lo que tiene rótulo de Cristiano ,el enfoque del
mensaje hacia el Yo y todos los logros a alcanzar, claro está que nombrando a
Cristo es una garantía del buen camino.
Examinad si es éste el buen camino y
andad por el. BUSQUEN.
2-
Las batallas espirituales, las oraciones de poder, los ayunos
involuntarios, fórmulas sin dirección, fuera de propósito, esquemas
estructurados por hombres, dónde no les han enseñado lo que es la verdadera
Victoria en Cristo. Hemos errado el blanco y así nos va. La verdadera batalla
es contra nosotros mismos, tenemos que ceder a ser vencidos y clavados en la
cruz para derribar todas las murallas de nuestro ser , no es una batalla
intelectual, es perder la identidad natural de nuestro nombre para que Cristo
sea formado en nosotros, a ser como él es, si la flor no muere no llevará
fruto, todo lo que incline nuestro corazón en una balanza en el peso carnal hacia nosotros no logrará
alcanzar a lo que hemos sido llamados, sólo si la balanza se inclina totalmente
hacia Cristo se podrán alcanzar las exigencias del Reino de los Cielos. Donde
nuestra vida completa pierde objetivos temporales. Caminaremos bajo la sombra
del Omnipotente, dirigirá nuestros pasos, seremos llevados a cumplir las obras
que preparó de antemano, sólo con el propósito de dar Gloria a su Nombre. El
concepto de inutilidad completa, nos dará la capacidad de saber que Él que se
mueve en nosotros, es capaz de mover montañas, de allanar caminos, aún de
levantar muertos, ilimitado es su poder, no el nuestro.
3-
Levantando la mirada, quién de nosotros no tiene expectativas de lo que
hay allí en los cielos. Nos dice que allí estamos sentados en lugares
celestiales, ¿misterio? ninguno, porque la certeza de que ya no pertenecemos a
este mundo la declara su Palabra. Pero es necesario no tener la vista corta
queriendo lograr en el porvenir más cercano todo lo que el mundo busca, aún el
placer y disfrute, si esto distrae nuestra mirada; los ojos puestos en Jesús no
es literalmente solo los ojos, es anhelo, deseo, expectativa, admiración,
fascinados, vivir una vida expectante en aquel que lo es Todo, JESUCRISTO.
4-
Heno y hojarasca, vacios y desnudos, o frutos en abundancia vestidos de
gloria, esa es la diferencia entre los logros en la carne o vida espiritual en
Cristo.
Pero todo nace de la verdadera conversión
cuando reconocemos con convicción la vida de pecado que vivimos y la necesidad
de ser salvos por Cristo, en el valor de su sacrificio.
Hoy corrientes nuevas quisieron suavizar
el mensaje no nombrando la palabra PECADO, y eso te hace ver lo lejos que está
el temor a Dios, que quieren esconder la gravedad del estado del hombre, pueden
llamarlo debilidad, maquillarlo, aún algunos justificarlo, ¡bueno todo tenemos
debilidades! dicen ellos. Pero todo lo que nos separa de Dios no tiene otro
nombre que PECADO, JESÚS nunca disfrazó
sus palabra para que no parecieran duras.
Aunque laves con jabón tus machas, aunque
pongas retazos nuevos para ocultarlo, aunque te digan que Dios es bueno, el
PECADO SIGUE SIENDO PECADO. Y solo reconocerlo te da la oportunidad de ir a Jesucristo arrepentido para que te lave, te
limpie de toda maldad.
Nomás se ve cuando uno es pagado de sí
mismo, y aún en aparente humildad declara los logros alcanzados, con falsa
modestia, “ya he dejado lugar de importancia, he aquí mi renunciamiento de un
buen salario para dedicarme a la obra de Cristo”, de varios se escucha esto, y
da lástima.
No que seamos competentes por nosotros mismos para considerar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (v. 5).
“Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros."
El verdadero renunciamiento hace que no
nos nombremos a nosotros mismos, no hay merito en ello, solo Cristo y su
justicia debe desbordar del corazón.
La palabra es dura para el que la
rechaza, no así para aquel que no está condicionado y pone su vida a los pies
del Señor. La riqueza en estos tiempos de varios conocidos evangelistas, es la
señal de la antesala a la perdición, se dejaron arrastrar y seducir por las
luces que brillan en un mundo perdido. Dios no los acompaña por ser mercaderes
de la verdad, aunque para ellos todo está bien y los miran por su éxito, estoy
seguro que se deben sentir con un corazón estéril, como un desierto donde no
hallan agua, que lamentable si no cambian.
Pero Dios no hace acepción de personas, no le dice al rico ven y siéntate
cerca, ni menosprecia al pobre apartándolo, a todos nos dio de beber del mismo
Espíritu y estamos totalmente completos en Él. No necesitamos cobertura
adicional del hombre para estar seguros en sus manos, solo serle fiel. La
palabra se hizo dulce al oído, y adornó la pasión humana, y dijeron mientras
todo sea amor, se divorciaron de la mujer que habían elegido para buscar otra
que los envuelva en sus encantos, y los llevo a divorciarse de Dios y sus
mandamientos, pero parece que no se dan cuenta de donde han caído. Estos
predican sin vergüenza ninguna, se exponen como hombres de Dios, pero fallaron
en ser fiel en lo poco, cómo se les concederá lo verdadero, y al ser
confrontados se vuelven enemigos de la cruz en vez de arrepentirse, el que esté
firme tenga cuidado no caiga, porque difícil es una vez que fueron iluminado
con la verdad, volverse de su extravío.
Donde quedamos parados, para quién es el
“HAY”, tengamos temor y reverencia ante Dios y soportemos en fidelidad lo que
se nos viene por delante, guardemos el corazón de las tentaciones y acechanzas,
y seamos fortalecidos en la luz de CRISTO. Una coma y un tilde pueden hacer la
diferencia.