De la oscuridad a la luz.
Para donde vi, había
oscuridad, un mundo oscuro donde la cultura y el vivir de los pueblos eran
cegados por una falsa luz. Multitudes adorando a ídolos de carne, imágenes de
material creadas por el hombre, sintiéndose representados por lo que es sin
vida, llenándose de sensaciones, de orgullo, alegría, de embriaguez emocional.
Como decirles que todo lo
vivido no tiene vida en si mismo, que la gloria humana es como arena en una
palma de la mano abierta.
No hay éxito en el hombre
común nacido de una mujer, ni legado que pueda en la eternidad existir. La
caridad, y o altruismo de buenas obras, nacidas del orgullo no llegarán nunca a
tocar el suelo del cielo.
La gloria de los hombre es
como la brisa de verano llevada por el viento hasta desaparecer.
Pagados de si mismos,
orgullosos disfrazados de reverencia y humildad, le cuelan en mosquito pero los
hacen tragarse el camello.
Se engordan y apacientan a
si mismos, quieren llenar los bancos para trasquilar las ovejas, y si lo
recibido es poco les cambia el animo.
Tienen “nombre” hacen apología de sí mismos, se
muestran como pavos, algunos alborotados, montando un circo, no miento, verás
que a algunos los aplauden, vanidad de vanidades. Y se van del culto
satisfechos engordados y lustrosos, y no
se dan cuenta que han comido de la grosura de la carne, pero no han recibido ni
siquiera una gota de agua que salte para
vida eterna, en una palabra secos y vacíos, aunque no lo noten.
Han potenciado a tal punto
la carne que lo sicodélico y emocional es parte de estrategia humana para
entretener, saben por qué, porque no tiene NADA que darles.
Ustedes escuchan al pastor,
no a Jesús, ustedes buscan manifestación no a Jesús, ustedes se acercan para ver que Dios les puede dar, son instruidos
intelectualmente no espiritualmente, cuando hay algo que está mal se apañan
unos a otros por vinculo afectivo, y la verdad es dejada de lado, incurren en
faltas ya sean graves o livianas, pero sabiéndolo no ponen freno, y así y ahí comienza la debacle estrepitosa, donde
toman partido unos contra otros infundados en todo menos en la Verdad.
Una vez se les dijo:
¡Yo soy la Luz! pero no lo
escuchan y andan en su propia luz, que no es más que oscuridad. Se les dijo: Yo
soy el camino la verdad y la vida. Pero su camino es errante, su verdad es
mentira y sus vidas son obras muertas! Mírenme a Mí, y sean salvos! Pero viendo
sus ojos son ciegos porque no miran al que tiene la Vida y se la da a los que lo
buscan! Todo lo que ha hecho la humanidad, riqueza, prosperidad, avance
tecnológico, aún si se remonta al cielo para poner su hogar, de allí va a caer.
No hay nada fuera de Cristo! Y no hay vida si no es en Él!
El que le halle tendrá la
Vida. Solo me resta una cosa por decir, lea en la Biblia el evangelio de San
Juan. El tesoro escondido a través de las edades está escrito allí.