sábado, 26 de septiembre de 2020

¡VOLVAMOS A ÉL!

 Vivir en la verdad no  es coincidir en algunos aspectos de la doctrina, no es pasar por alto la verdad por llamarnos todos "cristianos". No se puede aclarar lo que entenebrece la luz espiritual.

La verdad intelectual o filosófica humana es como la rosa perfumada que es agradable a la vista, cautiva por un tiempo, pero su contenido se marchita ante la VERDAD.

La elocuencia de sus palabras endulza el oido, satisface el ego, y en su plenitud reparte despojos como bolsa en saco rotos.

Y si aún asi dijera la verdad, el decirla no es vivirla, vivirla es que hable por si sola en los hechos reflejados de un corazón entregado a la Verdad.

"No han creído por mis palabras, crean por las obras que he hecho"


¡La suma de los errores  en el largo transitar hace más difícil volver donde tropezamos con la primera piedra!

Quién es capaz de desmoronar desde su interior todo aquello en lo que fué mal aprendido, y aún en la madurez cristiana, peinando canas se opaca la verdad si no está sujeta a la palabra por causa de fluctuar entre la mente carnal y la mente de Cristo.

¿Cuál es la solucion ante tal vorágine de pensamientos doctrinales? Sólo la Cruz.

¡Atraves de ÉL todo, sin Él nada!


¡CRISTO MI VERDAD!


Y en esa Verdad, a los que la siguen les cabe el rótulo de ¡intransigentes, faltos de afecto!,¡problemáticos!.¡Dueños de la razón! En todo caso en otros tiempos eran perseguidos por ser fieles a la verdad.


La postura contra la verdad los hace enemigos de la cruz, en su mente carnal, como si la palabra que está de moda "diversidad" entrara en el terreno espiritual y cualquiera pudiera  darle el contenido que quiera. 

Por eso se ve hoy dentro de la iglesia el movimiento femenino, la homosexualidad, adulterio, estafa, celos, envidia, el pastor deja a si mujer para casarse con otra, llamándose hermano con  corrientes políticas, odiando al que piensa diferente etc. ¡que más decir!

¡han vuelto mi Casa en cueva de ladrones!

¡Perdónanos Señor! No hay hombre que pueda, sólo Tú puedes ordenar tu Casa. ¡Humíllanos y quebrántanos como martillo que golpea en tu mano tu Palabra nos haga volver nuestro corazón y  rostro a tí en Nombre de Jesús amén.

jueves, 3 de septiembre de 2020

 

La carne avasalla con sus vestiduras de viejos hábitos,  en carácter, en tentaciones de haber querido cosas que la vida natural sólo nos podría dar, “si hubiera pasado esto”, si hubiera alcanzado aquello, si todos nuestros deseos se cumplieran en la vida natural quizás no tendríamos conciencia de que lo único importante es la comunión con Dios en nuestra inmensa pequeñez. De no merecerlo, como cristianos imperfectos, anhelando la perfección, con el amor inmenso de Dios pero poco receptivos del mismo, con un camino en su Voluntad, pero tropezando continuamente en el proceso, ¿qué hay de bueno en nosotros?, NADA.

En avanzada edad los huesos nos duelen, el ímpetu se apaga, lo que nos disgustaba en el diario vivir hoy lo tenemos como vano y pasajero, porque vemos que se apaga la luz ante nuestros ojos de un mundo oscuro en su realidad que nos ofrecía un espejismo de dicha y felicidad sin DIOS.

Cuál es el mensaje que deberíamos darnos a nosotros mismos, como si Dios lo dijera, ¡limpia tu corazón y seme fiel!