martes, 5 de abril de 2022

Inconmensurable Amor

 



Nadie puede esquivar la verdad, allí donde no reina Cristo, mora el pecado, pues hemos sido comprados por precio y nuestra mente y corazón le pertenecen, para que ya no andemos en tinieblas sino que su luz resplandezca en todo nuestro ser. La más pequeña deslealtad compromete nuestra fidelidad y obediencia. El fin supremo es glorificar a Dios, y sólo podemos hacer cuando nos es revelado la grandeza de su amor y magnificencia, cuando realmente podemos sentir su misericordia y gracia, es porque hemos visto de donde nos rescató, del lodazal de nuestras vidas, de las aguas cenagosas de nuestra existencia.

Algunos dirán "yo no vivo eso", te puedo asegurar que si no tocas fondo, y no te niegas a tí mismo, y ves lo perdido que éstas, nunca podrás abrazar el favor de su cruz, ya seas rico sin ninguna necesidad, o pobre.

Inconmensurable Amor el de Dios por nosotros, lo cual no tenemos excusa, dando su vida el Creador por su criatura, y allí estamos nosotros peleando doctrinas, se puede esto, no se puedo lo otro, revolcados en filosofías huecas, con los pies en el barro que nos arrastran hacia abajo, perdiendo de vista lo único importante, la grandeza .de Dios y su gloria a lo cual estamos llamados a exaltar.

El bien que nos hace, como el hacer, nace del Espíritu Santo, nada que por más bien que parezca bueno si no es atreves de Él es vacío y sin fruto. Podrán dar voces de logros alcanzados, la filantropía, el humanitarismo altruista, todo el bien hecho con el motivo de levantar al hombre entra dentro del rotulo de FRACASO.

Para los que tienen expectativas políticas, para los que buscan las riquezas de este mundo, para todo aquel que tiene puesto el corazón en las cosas de este mundo hay un mensaje, hipotecan el bien más supremo que es sus vidas en la eternidad, por un plato de lentejas.

No es en el docto, ni el sabio, ni el  filósofo, ni en la mente inteligente, sino en el  de corazón puro, en éste se agrada Dios. Y no puede haber corazón puro si primero no pasa por el crisol de las pruebas para ser refinado como el oro más puro.

No debemos enfocarnos en las vicisitudes de la vida, envuelta en manto de lo terrenal, donde no existe la verdadera libertad, no es en el plano horizontal de una vida que se ha de marchitar y morir, sino en lo venidero con los ojos puestos en Jesús, levantando la mirada a los cielos donde tenemos morada.




No hay comentarios:

Publicar un comentario