martes, 7 de abril de 2020

Mentes finintas

Somos mentes finitas y aún no podemos medir los atributos de Dios, la ficción a superado lo real he imaginable de su poder.
Inexplicable al punto de parecer fanático, es cuando entendemos percibimos y estamos totalmente convencidos de la grandeza de Dios en todos sus términos.
No fácil de declarar, ni tomar una conversación, cuando se disiente algo tan profundo y a su vez incomprendido por la mente finita y humana, pues todo tiene medida en nuestro mundo, limites, en la mente damos lugar a que las leyes sujetan todas las cosas, difícil es decir, menos entender que Dios es quién sujeta los tiempos y todas las leyes.
Por ejemplo saber de qué Dios no necesita el tiempo, sino que el tiempo está sujeto a él en todos sus términos, que no necesitó mil años para crear el mundo en que vivimos, que la obra de sus manos es en el poder de su Palabra, y dijo Dios y fue hecho, para el que lee esto supuestamente es un disparate porque la razón le dirá hasta Dios precisa tiempo para hacer las cosas, y ahí es donde precisamente entra en juego nuestra Fe.
La mente racional opaca la fe para ver la grandeza de Dios en todas sus dimensiones, en el plano eterno, llevando a darle espacio, poder y tiempo a lo que no podemos percibir de lo omnipotente de su Presencia. Dándole lugar a lo racional la luz de la fe pierde su efecto dejándonos en el plano de lo natural y humano, envuelto en la oscuridad de lo religioso moderado.
Dios guarda silencio, pues nuestro conocimiento viene por la palabra de Dios, vivificada por el Espíritu Santo, quien nos hace entender todas las cosas.
Siendo la Luz de Cristo la que alumbra para disipar todas las tinieblas en nuestra mente dándonos el entendimiento para seguir un camino más excelente.
Su dominio, poder y manifestación no es de orden jerárquico, sino que da la gracia a quienes tienen el corazón puro y viven en los negocios del Padre que está en los Cielos.
Como el anduvo debemos andar nosotros, siendo peregrinos, no buscando las riquezas de este mundo, nos ha llamado a salir a buscar las ovejas extraviadas con el mensaje de salvación en Jesucristo, pero ni jota ni tilde deben empañar este mensaje, ni milagros, ni dones, ni sanidades, simplemente aceptación por lo que hizo por nosotros.
No siendo seguidores de hombres, que ofrecen poder, prosperidad, éxito, ambicionando para nosotros mismos lo que deberíamos llevar a la cruz, para una nueva vida. Los cuales nos impulsan con doctrinas erróneas a simpatizar con Mamón; alejándonos de la verdad, pervierten la palabra a su antojo, no se olviden que en tiempo pos Jesús decían que la resurrección se había llevado a cabo.
Si viene alguien lustroso, trajeado, con un sedan último modelo, con maletín de ejecutivo, hablándoles de ser ricos en este mundo, y que por favor diezmen a éste escucháis, pero si se acerca Jesús con sus simples túnicas blancas y solo les dice nos afanéis por el día de mañana, gozaos porque vuestro nombre está escrito en los cielos, no les alcanza. 
El espíritu está dispuesto, pero no llega a su cometido, porque la carne es débil, ahoga y asfixia la nueva vida que necesita resurgir, y seguimos pensando en nosotros mismos como centro, sin darle lugar a Dios para que haga la obra, el Yo y sus pasiones debe ser aniquilado, no basta con disfrazarnos de piadosos, ir a la iglesia y auto conosolarnos como si todo estuviese bien. La pasión de desenfoca totalmente del camino a seguir, la exuberante verborragia, auto elocuente con que disfraza el mensaje para sacar provecho hace que escucha sea seducido por su carisma, ellos al final del discurso querrán que usted vacíe sus bolsillos, pero nunca verá a ninguno de estos lobos rapaces decir ¡Dios me dijo que de todos mis bienes a los pobres. Es mejor escuchar el mensaje que usted tiene derecho a ser rico como hijo del Rey, a que alguien le diga Él que tiene dos túnicas de una al que no tiene ninguna, pues el mensaje que le dan se centra en usted mismo, recibir, recibir y recibir.
Jesús siempre ha sido hacia afuera, el no se miro a sí mismo, se dio por los demás, no debería ser igual con nosotros.
Ahí andan algunos pavoneándose, dando espectáculo, seduciéndolos, llevándolos con sus palabras hacia donde ellos quieren, antes el pueblo necesitaba alguien visible que los dirija, pedían Rey en Israel, necesitaban un ídolo visible para adorar, hoy es más de lo mismo, se dejan manipular como ovejas torpes sin visión ninguna, es más si les dice la verdad se ofenden, defienden al líder que vacía sus bolsillos, dicen ¡a pero es un hombre de Dios!, si el ciego dirige al ciego caerán ambos en el mismo poso, con esto quiero decirle que usted es tan responsable como aquel que lo seduce y engaña por no obedecer a la verdad. Ellos le roban el corazón con el engaño, ellos se sientan a la mesa, se banquetean, la posición de Jesús siempre fue como el que sirve, y si el Señor es mayor que sus siervos ellos deberían hacer lo mismo. ¡LIBRANOS SEÑOR DE TODO MAL! Este es uno de ellos.

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