martes, 7 de abril de 2020

La fragancia de vida en Cristo

La fragancia de vida en Jesús nos impregna o todavía lo exquisito está ausente!

Aunque la mona se vista de seda....
La condición del cristiano para reflejar la luz de Cristo no radica en lo externo, en la apariencia, tampoco en lo instruido de su Palabra. No radica en ninguna característica, ni talento distintivo para alcanzar éxito. Los negocios del Padre y su riqueza son Vida en Cristo, el cristiano maduro sabe que no puede hacer nada sin Cristo quien aviva el amor y desde allí empieza a construir, sobre el crédito de nuestra incapacidad.  Cuando el pastor o  evangelista recibe de Dios, comienza bien la tarea encomendada, pero Dios no está a disposición nuestra como siervo, y en la tardanza de respuestas el hombre no espera en Él, y busca en toda forma  de no perder credibilidad de que Dios está con él, ya sea "Dios me dijo", "Dios me mostró" , inventan modos y técnicas para tener a las ovejitas contentas.
Pero el esperar en Él, es más que cuando el tren llega pero el pasajero anhelado no bajó, (tener ansia o deseo vehemente de conseguir algo), es más que orar por algo que nunca se nos concedió. El esperar en Él es el renunciamiento a nuestro tiempo en la vida antigua y estar parados en Él, en Él Eterno.
Cuando dice el tomar la cruz y consiguiente por ello seguirle, se refiere a la nulidad por completo de nuestra voluntad, entregado por completo a muerte, desetimando nuestra propia vida
para que la Vida en Cristo tome control absoluto, ¡quién pudiera! más para lo que el hombre es imposible de alcanzar por merito propio, Dios en su amor puede llenar todos nuestros vacios.
El Espíritu Santo ve y desea con ansiedad y quitar el caos y vacio de nuestro ser, tanto así que nos anhela celosamente. Para nosotros los que creemos solo hay un mensaje, "aunque me matare en él esperare" Esperar en Dios.

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